El año pasado hice uno de esos surf trips exprés que recuerdas toda la vida.
Además, fue también la primera vez que vi un tiburón en mi vida.
Esta es la historia:
Después de buscar durante horas, llegamos a este bonito point en el que desemboca un río.
Las olas estaban potentes pero perfectas, y muy poca gente en el agua. En realidad, sólo un par con motor de agua.
Un viaje que ya hubiese sido mágico sólo por la compañía, pero que las olas y el lugar lo hicieron más especial aún si cabe.
Además, fue también la primera vez que vi un tiburón en mi vida.
Esta es la historia:
Después de buscar durante horas, llegamos a este bonito point en el que desemboca un río.
El segundo día, en el mismo spot, no había nadie en el agua pero seguía saliendo una bonita derecha, así que decidimos entrar a probar también.
Ya en el agua vi la sombra de lo que claramente era un tiburón martillo. Tenía unos tres metros de largo y se mantenía casi estático en el fondo, a unos pocos metros de mi. ¡Lo vi claramente! Me asusté un poco y salí despacito (como la canción) del agua para no llamar su atención. Estos seguían surfeando en la primera sección. Les aviso. Piensan que les estoy haciendo un claiming por la última hora y levantan los brazos salpicando; me río y vuelvo a entrar al agua. Eso si, los tres juntitos alejados de la corriente (que es donde suelen estar, en la desembocadura del río).
Ya en el agua vi la sombra de lo que claramente era un tiburón martillo. Tenía unos tres metros de largo y se mantenía casi estático en el fondo, a unos pocos metros de mi. ¡Lo vi claramente! Me asusté un poco y salí despacito (como la canción) del agua para no llamar su atención. Estos seguían surfeando en la primera sección. Les aviso. Piensan que les estoy haciendo un claiming por la última hora y levantan los brazos salpicando; me río y vuelvo a entrar al agua. Eso si, los tres juntitos alejados de la corriente (que es donde suelen estar, en la desembocadura del río).