Después del viaje relámpago al Mediterráneo, por fin pude disfrutar de unos días soleados y con olas por mi querida Coruña (todas las fotos de acción son de @matiasbbk):
Y con la mejor comida esperándome al llegar a casa, muchas gracias Sabela :)
Los entrenamientos con sol son otra cosa. Este fue en la playa de Sabón:
Nos cuadraron unas olas muy bonitas y nos pusimos hasta arriba de cachopos pero de camino recibimos una mala noticia:
Esta fue la pedazo comitiva que le hicimos compañía ese fin de semana:
Al salir siempre podíamos disfrutar del que para mi es el mejor surf camp de España, el Santa Marina Surf Camp, y el pueblo más bonito Ribadesella.
De despedida hicimos una comida (bueno, hicieron Lo y Perico, ¡muchas gracias!), vimos la permanencia del Dépor y pusimos rumbo a Madrid para la próxima aventura:
Aquí con Jei Torres, el tío que más puedes odiar en las redes sociales, el día de su cumpleaños en Madrid. Muchas felicidades y ¡cuídame el Corsita!
Siempre acompañado por buenos amigos (aquí, el gran Marian!):
Los entrenamientos con sol son otra cosa. Este fue en la playa de Sabón:
Importante reponer fuerzas entre baño y baño. Aquí comentando mis errores con Chus:
De ahí nos fuimos a mi home spot: la Bahía del Orzán. Había uno de los atardeceres más bonitos que recuerdo:
Al día siguiente unos pocos afortunados volvimos para probar suerte pero el tamaño no era el mismo:
Con la marea casi alta salí del agua y me fui a comer con mi hermano (que la tarde anterior se había puesto las botas en el Shark) y con Mario Ele a Casa Juana, ¡tiene un menú al mediodía épico!
A la tarde me tocaba entrenamiento en la playa de Razo (Carballo):
Con Jesús María Guerra y su otro fuerte pupilo Kikín:
De vuelta en Coruña siempre aplico la de llamar al Pizza Móvil cuando paso por Arteixo para que me tengan lista una pizza de las de tres euros y parar a comerla en el paseo marítimo viendo el atardecer. Esta noche me acompañaban Valcof, Tama y Peter.
Al día siguiente más de lo mismo hasta que por la noche me vinieron a buscar Bony, Pedro y Marian para ir a pasar unos días a Ribadesella:
Esta fue la misma ola. Al principio una izquierda y en la orilla una derecha:
Al día siguiente unos pocos afortunados volvimos para probar suerte pero el tamaño no era el mismo:
Con la marea casi alta salí del agua y me fui a comer con mi hermano (que la tarde anterior se había puesto las botas en el Shark) y con Mario Ele a Casa Juana, ¡tiene un menú al mediodía épico!
A la tarde me tocaba entrenamiento en la playa de Razo (Carballo):
Con Jesús María Guerra y su otro fuerte pupilo Kikín:
Al día siguiente más de lo mismo hasta que por la noche me vinieron a buscar Bony, Pedro y Marian para ir a pasar unos días a Ribadesella:
Nos cuadraron unas olas muy bonitas y nos pusimos hasta arriba de cachopos pero de camino recibimos una mala noticia:
Nuestro amigo y anfitrión Guille se había golpeado con la tabla en la cara y no iba a poder surfear por un tiempecillo. Aún así pudimos disfrutar de tenerle entre nosotros más o menos sano y a salvo y de poder escuchar sus sabios consejos y bromas:
Esta fue la pedazo comitiva que le hicimos compañía ese fin de semana:
Al salir siempre podíamos disfrutar del que para mi es el mejor surf camp de España, el Santa Marina Surf Camp, y el pueblo más bonito Ribadesella.
De despedida hicimos una comida (bueno, hicieron Lo y Perico, ¡muchas gracias!), vimos la permanencia del Dépor y pusimos rumbo a Madrid para la próxima aventura: