Este fin de semana, al no salir tanto de fiesta y estar algo más "casero" al volver de la playa, me ha dado tiempo a darle algo más a la lectura. La verdad es que he leído cosas bastante interesantes. He aquí algunas reflexiones que me han gustado y que quiero compartir con vosotros:
La mayoría tratan sobre la Ley de Atracción, un tema que me gusta bastante. Ésta dice que solemos atraer hacia nuestra vida aquello en lo que enfocamos nuestro pensamiento de manera constante. Lo que sucede en el exterior -a nuestro alrededor o en nuestra vida- no es más que el reflejo de lo que está ocurriendo en nuestro interior, ya que nosotros nos hemos encargado de atraer y crear nuestras circunstancias externas con nuestros propios pensamientos.
Si nuestros pensamientos dominantes están constantemente enfocados en obtener resultados positivos, en nuestras fortalezas o en hábitos de éxito -y nuestras acciones refuerzan dicha manera de pensar- entonces eso será lo que manifestaremos en nuestra vida. Si, por el contrario, nuestros pensamientos dominantes están constantemente enfocados en la posibilidad de obtener resultados negativos, en pobres expectativas, o en nuestras debilidades, de igual manera eso es lo que atraeremos hacia nosotros mismos.
Por lo tanto, aquello en lo que te enfocas tiende a expandirse en tu vida. Si te enfocas en tus debilidades, verás como éstas parecen ser cada vez mayores.
Con las personas, las oportunidades y los objetos pasa lo mismo. Lo que atraemos se asemeja en su carácter al nuestro. Como siempre ha dicho mi buen amigo portugués Tiago: "la gente buena tiende a juntarse con la gente buena. Y la mala con la mala". Y es así. El pesimista vive en un mundo negativo y deprimente, mientras que el optimista ha elegido vivir en un mundo positivo y lleno de oportunidades. Lo más curioso de todo es que se trata del mismo mundo. Las diferencias que ellos observan son sólo el resultado de sus pensamientos dominantes. Estos han sido los encargados de atraer la felicidad o la angustia que cada uno de ellos experimenta en su vida. Y lo mismo sucede con todos nosotros.
La buena noticia es que si en este momento no estamos viviendo la clase de vida que siempre hemos deseado, podemos crear una nueva realidad cambiando el tipo de información con la cual alimentamos nuestra mente. Nuestros pensamientos son las semillas de lo que ocurrirá en nuestra vida, y todos somos responsables de ellos.
De manera que la calidad de vida que cualquier individuo experimenta tiene poco que ver con sus circunstancias y mucho, con su actitud personal y su manera de pensar.
Un ejemplo lo tenemos en el libro "El camino a la felicidad", de Orison Swett, que relata como en un congreso de agricultura le preguntaron a un viejo granjero qué terreno le parecía más apropiado para el cultivo de cierto fruto, a lo que él respondió: "No importa tanto la clase de tierra en que se siembre, como la clase de persona que vaya a sembrarla. El labrador preparado en su oficio saca provecho del suelo pobre, mientras que el inepto vive en la miseria, aún en el terreno más fértil".
Esta anécdota deja claro que la felicidad no depende tanto de las circunstancias favorables, si no más bien de nuestra actitud mental. Cualquiera es capaz de mantener una actitud positiva y optimista cuando vive en condiciones ideales. Solamente el guerrero, el ser equilibrado y el dueño de sí mismo es capaz de conservarla aún en medio de las condiciones más difíciles y hostiles. Si no llevamos la semilla de la felicidad en nuestro interior, no la hallaremos en ninguna parte.
Como decía el poeta William E. Henley, y bien tiene tatuado El Hermano L en su espalda, "soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma". Y como yo añadiría "soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma porque tengo el poder de controlar mis pensamientos".
Esta anécdota deja claro que la felicidad no depende tanto de las circunstancias favorables, si no más bien de nuestra actitud mental. Cualquiera es capaz de mantener una actitud positiva y optimista cuando vive en condiciones ideales. Solamente el guerrero, el ser equilibrado y el dueño de sí mismo es capaz de conservarla aún en medio de las condiciones más difíciles y hostiles. Si no llevamos la semilla de la felicidad en nuestro interior, no la hallaremos en ninguna parte.
Como decía el poeta William E. Henley, y bien tiene tatuado El Hermano L en su espalda, "soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma". Y como yo añadiría "soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma porque tengo el poder de controlar mis pensamientos".
Lo único que el ser humano debe hacer para ver un mundo que funciona correctamente, es asegurarse que él piensa y actúa correctamente. En la medida en que cambia su manera de pensar respecto a sus circunstancias y a las demás personas, las situaciones y la gente cambiarán respecto a él.
Si os interesa este tema, nadie mejor que el gran David Jurado Fernández y sus cuatro libros, en especial "El secreto arte de la felicidad".
"El universo no favorece al codicioso, al deshonesto, o al vicioso, aunque aparentemente a veces parezca hacerlo. EL UNIVERSO CONSPIRA PARA AYUDAR AL HONESTO, AL GENEROSO Y AL VIRTUOSO".
Y como dice el rapero coruñés Ricky Hombre Libre: "¿Conoces el poder del pensamiento positivo?"
Si os interesa este tema, nadie mejor que el gran David Jurado Fernández y sus cuatro libros, en especial "El secreto arte de la felicidad".
Foto: Juan Fernández |
"El universo no favorece al codicioso, al deshonesto, o al vicioso, aunque aparentemente a veces parezca hacerlo. EL UNIVERSO CONSPIRA PARA AYUDAR AL HONESTO, AL GENEROSO Y AL VIRTUOSO".
Y como dice el rapero coruñés Ricky Hombre Libre: "¿Conoces el poder del pensamiento positivo?"
Una reflexión del Dr. Camilo Cruz.
Pablo, me ha encantado lo que has escrito. Y creo que me has ayudado mucho. :)
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