Para mi, poder conocer y surfear Cloud 9 fue un sueño hecho realidad. No dudaría nada en afirmar que es la derecha más perfecta que he surfeado en mi vida:
Pero Filipinas es (y tiene) mucho más. Empezamos por el principio:
Yo venía de Dubai, de surfear debajo del único hotel 7 estrellas del mundo.
Fue un cambio muy grande la verdad:
Lo más curioso fue llegar al aeropuerto de Cebú (Filipinas) y encontrarme las tablas de mis amigos. Éstas aún tardarían varios días en llegar hasta sus manos. Recordad todos que en Emirates, por ejemplo, te tienen que compensar con 50 dólares por cada día que pases sin tu equipaje...
Una vez en la isla de Siargao, como no, mis tablas tampoco llegaron. Mientras las reclamaba, la última furgo-taxi se marchó. Empezaba bien el tour. Por suerte, un vasco muy simpático que estaba en el aeropuerto cambiando un billete, se ofreció para llevarme en su moto. Era el más que mítico Koldo. Toda una leyenda. Desde aquí le mando un fuerte abrazo y le doy las gracias de nuevo.
Hay que decir que a Siargao se puede llegar volando directamente desde Cebú o bien volando a Surigao (más barato) y desde ahí pillar un barco a Siargao. La compañia que hace estos vuelos se llama Cebú Pacific y las tablas con ellos viajan gratis (hasta 20 kg). Ahora, que lleguen a su destino es otra historia jeje.
También decir que hay que tener mucho cuidado con el horario de los vuelos, ya que suelen salir con retraso. Lo mejor sería no volar el mismo día del vuelo internacional, sobre todo si esa ruta incluye Manila (aquí hay mucho tifón).
Una vez en la isla, mi casa para los próximos quince días sería el 303. Un sitio bastante "sin más" pero muy barato (cinco euros cada uno por noche) y que está muy cerca de las olas:
Aquí conocimos a mucha gente interesante y simpática. En espacial, a este grupo de españoles. ¡Desde aquí les mando un abrazo gigante!
Nuestra rutina consistía básicamente en surfear Cloud 9 todo el día jeje:
Llegamos justo después del QS1500. El pico estaba un poco apretado esos días entre locales (tienen nivelazo) y extranjeros. Todos luchaban por coger alguna bomba, pero la paciencia siempre tiene su recompensa, que se lo digan a mi hermano Pedro jeje.
Después de surfear solíamos ir a comer al Ronaldos. Para cenar siempre hacíamos Kermit o Bravo (un hotel-restaurante de unos chicos catalanas. ¡Muy recomendado!):
Y nuestros paseos por el muelle también eran bastante míticos la verdad jeje:
Un día yendo a cenar no cabíamos todos en un taxi así que nuestro amigo "China" de Israel nos llevó en su moto. Fuimos 4 en ella:
Fue ahí cuando decidimos alquilarnos un par de motos jeje. Cuestan cinco euros al día (unos 250 pesos filipinos):
Esta era mi moto. Tenía marchas y unas buenos amortiguadores, aunque ahora, con todo el asfalto en la isla, no hacen tanta falta.
Con ellas, y con Patrick y Lu (que estaban celebrando su luna de miel en la isla), nos fuimos hacia el norte, hacia las piscinas naturales de Magpupungko:
Éstas sólo existen en marea baja:
¡En marea alta parecía que salía una ola allí!
A la vuelta, paradita en el hotel de Patrick y de Lu, cena en la playa y rumba en el Jungle Tattoo:
Otra excursión que hicimos un día que no había olas fue al Sugba lagoon:
Y la mejor, a una ola que nos dijo nuestro amigo coruñés Rachid:
Allí pillamos uno de los mejores baños de nuestras vidas. Los cuatro solos en en el agua en una pedazo izquierda.
Estaba perfecto. Lo malo fue que en uno de los tubos, más concretamente en el más ancho, profundo y largo de mi vida; justo cuando iba a salir, la espuma me quitó la tabla y me estampó contra el agua. Al principio pensé, por el impacto, que me había dado contra el reef, pero no tenía ningún corte, sólo tenía rojo. Yo creo que gracias a la adrenalina el golpe no me dolió tanto, porque seguí surfeando pese a tener una costilla rota.
Por la tarde me volví a meter pero ya me dolía un montón.
Al volver a España me hice una radiografía donde, efectivamente, se veía que tenía una costilla rota. Yo flipo que no me haya desmayado del dolor:
Pero bueno, volviendo al tour, ya no pude surfear más. Me perdí el mejor día de olas (Cloud 9 grande y perfecto) y el salto desde una avioneta en Dubai. Otra vez será. A veces se gana y a veces se pierde. Por lo menos disfrute de la sensación de ir dentro de ese tubo...
Cuando tocó, recogimos nuestras cosas e iniciamos el camino de vuelta a casa:
Previa parada en Dubai por supuesto jejeje:
Era el cumple de nuestro amigo coruñés Tiko y no podíamos faltar:
Al día siguiente, skydive, o mejor dicho, "paracaidismo":
Luego Pablito Hidalgo y Peter nos llevaron a un sitio local a comer. Estuvo muy guapo y rico:
Por la noche, paseito por Dubai Marina con el gran Guni:
Al día siguiente, vuelo a España. Este año tocaba ver el derbi desde el aeropuerto:
Este es el video-resumen de nuestro paso por Filipinas y Dubai. Espero que os sirva para haceros una idea. Un saludo a todos.
Foto: @lauperlau |
Pero Filipinas es (y tiene) mucho más. Empezamos por el principio:
Yo venía de Dubai, de surfear debajo del único hotel 7 estrellas del mundo.
Fue un cambio muy grande la verdad:
Lo más curioso fue llegar al aeropuerto de Cebú (Filipinas) y encontrarme las tablas de mis amigos. Éstas aún tardarían varios días en llegar hasta sus manos. Recordad todos que en Emirates, por ejemplo, te tienen que compensar con 50 dólares por cada día que pases sin tu equipaje...
Una vez en la isla de Siargao, como no, mis tablas tampoco llegaron. Mientras las reclamaba, la última furgo-taxi se marchó. Empezaba bien el tour. Por suerte, un vasco muy simpático que estaba en el aeropuerto cambiando un billete, se ofreció para llevarme en su moto. Era el más que mítico Koldo. Toda una leyenda. Desde aquí le mando un fuerte abrazo y le doy las gracias de nuevo.
Hay que decir que a Siargao se puede llegar volando directamente desde Cebú o bien volando a Surigao (más barato) y desde ahí pillar un barco a Siargao. La compañia que hace estos vuelos se llama Cebú Pacific y las tablas con ellos viajan gratis (hasta 20 kg). Ahora, que lleguen a su destino es otra historia jeje.
También decir que hay que tener mucho cuidado con el horario de los vuelos, ya que suelen salir con retraso. Lo mejor sería no volar el mismo día del vuelo internacional, sobre todo si esa ruta incluye Manila (aquí hay mucho tifón).
Una vez en la isla, mi casa para los próximos quince días sería el 303. Un sitio bastante "sin más" pero muy barato (cinco euros cada uno por noche) y que está muy cerca de las olas:
Aquí conocimos a mucha gente interesante y simpática. En espacial, a este grupo de españoles. ¡Desde aquí les mando un abrazo gigante!
Nuestra rutina consistía básicamente en surfear Cloud 9 todo el día jeje:
Llegamos justo después del QS1500. El pico estaba un poco apretado esos días entre locales (tienen nivelazo) y extranjeros. Todos luchaban por coger alguna bomba, pero la paciencia siempre tiene su recompensa, que se lo digan a mi hermano Pedro jeje.
Pillamos varios días pequeños pero perfectos y algunos días bastante malos onshore, pero por lo general, hubo olas todos los días, pequeñas pero hubo:
Después de surfear solíamos ir a comer al Ronaldos. Para cenar siempre hacíamos Kermit o Bravo (un hotel-restaurante de unos chicos catalanas. ¡Muy recomendado!):
Y nuestros paseos por el muelle también eran bastante míticos la verdad jeje:
Un día yendo a cenar no cabíamos todos en un taxi así que nuestro amigo "China" de Israel nos llevó en su moto. Fuimos 4 en ella:
Fue ahí cuando decidimos alquilarnos un par de motos jeje. Cuestan cinco euros al día (unos 250 pesos filipinos):
Esta era mi moto. Tenía marchas y unas buenos amortiguadores, aunque ahora, con todo el asfalto en la isla, no hacen tanta falta.
Con ellas, y con Patrick y Lu (que estaban celebrando su luna de miel en la isla), nos fuimos hacia el norte, hacia las piscinas naturales de Magpupungko:
Éstas sólo existen en marea baja:
¡En marea alta parecía que salía una ola allí!
A la vuelta, paradita en el hotel de Patrick y de Lu, cena en la playa y rumba en el Jungle Tattoo:
Otra excursión que hicimos un día que no había olas fue al Sugba lagoon:
Y la mejor, a una ola que nos dijo nuestro amigo coruñés Rachid:
Allí pillamos uno de los mejores baños de nuestras vidas. Los cuatro solos en en el agua en una pedazo izquierda.
Estaba perfecto. Lo malo fue que en uno de los tubos, más concretamente en el más ancho, profundo y largo de mi vida; justo cuando iba a salir, la espuma me quitó la tabla y me estampó contra el agua. Al principio pensé, por el impacto, que me había dado contra el reef, pero no tenía ningún corte, sólo tenía rojo. Yo creo que gracias a la adrenalina el golpe no me dolió tanto, porque seguí surfeando pese a tener una costilla rota.
Por la tarde me volví a meter pero ya me dolía un montón.
Al volver a España me hice una radiografía donde, efectivamente, se veía que tenía una costilla rota. Yo flipo que no me haya desmayado del dolor:
Pero bueno, volviendo al tour, ya no pude surfear más. Me perdí el mejor día de olas (Cloud 9 grande y perfecto) y el salto desde una avioneta en Dubai. Otra vez será. A veces se gana y a veces se pierde. Por lo menos disfrute de la sensación de ir dentro de ese tubo...
Cuando tocó, recogimos nuestras cosas e iniciamos el camino de vuelta a casa:
Previa parada en Dubai por supuesto jejeje:
Al día siguiente, skydive, o mejor dicho, "paracaidismo":
Al día siguiente, vuelo a España. Este año tocaba ver el derbi desde el aeropuerto:
Este es el video-resumen de nuestro paso por Filipinas y Dubai. Espero que os sirva para haceros una idea. Un saludo a todos.
me ha gustado el artículo !!!! heeheheh un saludo desde Normandia, me queda un mes y regreso a España, asi que me subire a surfear en cuanto pueda, un abrazo a todos ;)
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